Con la excusa de estar construyendo una casa (y en ella nuestro estudio) desarrollamos unas tejuelas hechas con latas de tomate triturado de 8 litros que normalmente se tiran a la basura.
Hicimos una máquina plegadora muy simple con un herrero amigo. Luego comenzamos a comprar cientos de latas a la Asociación de Recicladores de Bariloche que trabajan clasificando materiales en el vertedero municipal. Contratamos a un empleado que se ocupó de lavarlas, abrirlas, desplegarlas y plegarlas con la máquina.
Por fin las clavamos verticalmente a clavaderas de pino con lo que obtuvimos un recubrimiento de pared económico, resistente al viento y la lluvia, estéticamente razonable y duradero, más si se pinta con cierta periodicidad. Se podría decir que tenemos un «Guggenheim sudaca«.
También hicimos para esta construcción ladrillos de vidrio cortando y pegando botellas. El resultado son ladrillos económicos (compiten ampliamente con los ladrillos industriales) simples de hacer, muy aislantes y que, con un poco de creatividad, permiten muchas soluciones decorativo-funcionales.
Este proyecto ha sido publicado en el portal de Discovery: treehugger.com , en INHABITAT (http://www.inhabitat.com/) y en la revista alemana BauMetall 2-2010 (www.baumetall.de)